La creencia de un mundo espiritual invisible que influye en el mundo visible proviene desde la antigüedad y los chamanes se consideran como los primeros capaces de comunicarse con los espíritus, obtener su ayuda para sanar, adivinar, controlar el clima o viajar a otras dimensiones. Por otro lado encontramos en tiempos modernos a los santeros que de igual forma prometen soluciones desde el plano invisible, pero por medio de diversos sincretismos generados en los últimos siglos.
Algunas de las características comunes del chamanismo son:
- El uso de estados alterados de conciencia, inducidos por el ayuno, el canto, el baile, el tambor, el consumo de plantas sagradas o la autohipnosis, para entrar en contacto con el mundo espiritual.
- La creencia en la existencia de animales de poder, guías espirituales o ancestros que protegen y asisten al chamán en sus viajes.
- La capacidad de curar enfermedades físicas, mentales o emocionales mediante la extracción de objetos intrusos, la restauración del alma perdida o robada, la armonización de los centros energéticos o la transmisión de energía vital.
- La función de mediador entre la comunidad humana y el mundo espiritual, realizando rituales para propiciar la fertilidad, la abundancia, la paz o la protección, o para resolver conflictos, malentendidos o maldiciones.
- El conocimiento de los secretos de la naturaleza, las plantas medicinales, los ciclos cósmicos, los sueños o las profecías.
El chamanismo no es una religión monolítica ni uniforme, sino una forma de entender y vivir la realidad que se adapta a cada contexto cultural e histórico. Hay chamanes en todos los continentes y en todas las épocas, desde los pueblos indígenas de América, África, Asia o Australia, hasta las sociedades modernas de Europa o Estados Unidos.
- El chamanismo siberiano, que es el origen etimológico del término chamán (del tunguso šamán), y que se caracteriza por el uso del tambor como instrumento sagrado, el culto al fuego y al árbol del mundo, y la división del cosmos en tres niveles: el cielo, la tierra y el inframundo.
- El chamanismo amazónico, que se basa en el uso de plantas maestras como la ayahuasca, el tabaco o el cacao para inducir visiones y comunicarse con los espíritus de la selva, los animales o los antepasados. Los chamanes amazónicos también practican la dieta, el aislamiento y la purga como formas de limpieza y preparación espiritual.
- El chamanismo andino, que se inspira en la cosmovisión incaica y que reconoce la existencia de una energía vital llamada kawsay o pachamama que impregna todo lo existente. Los chamanes andinos utilizan objetos simbólicos como las hojas de coca, las piedras kuyas o los despachos para agradecer, pedir o equilibrar esta energía.
- El chamanismo celta, que se remonta a las antiguas tradiciones druídicas y que venera a las fuerzas de la naturaleza como los árboles sagrados, las fuentes curativas o los lugares de poder. Los chamanes celtas emplean el sonido de las flautas, los cuencos o las campanas para armonizar los ambientes y facilitar el trance.
- El chamanismo urbano, que es una forma contemporánea de chamanismo que adapta las técnicas ancestrales al contexto actual y que busca integrar lo sagrado en lo cotidiano. Los chamanes urbanos usan herramientas modernas como la música electrónica, las redes sociales o las terapias alternativas para conectar con los espíritus y ayudar a las personas a sanar y crecer.
Por otra parte encontramos la santería, una religión de origen africano que se desarrolló en Cuba y que luego se extendió por Latinoamérica y Estados Unidos. Se originó a través de un proceso de sincretismo entre la religión tradicional yoruba de África Occidental, el catolicismo y el espiritismo. No hay una autoridad central que controle la santería y existe mucha diversidad entre sus practicantes, que se conocen como creyentes¹.
La santería es politeísta y gira en torno a deidades llamadas orisha. Estos derivan sus nombres y atributos de las divinidades tradicionales yoruba, y son equiparadas con santos católicos. Se cree que cada ser humano tiene un vínculo personal con un orisha concreto que influye en su personalidad. Se cuentan varios mitos sobre estos orisha, que son considerados como subordinados a Olodumare, una deidad creadora trascendente. Olodumare se cree que es la fuente última de aché, una fuerza sobrenatural que impregna el universo y que se puede manipular a través de acciones rituales.
Los practicantes veneran a los orisha en altares, ya sea en el hogar o en la casa (templo), que está dirigida por un santero (sacerdote) o una santera (sacerdotisa). Se cree que el acceso a los orisha se puede lograr a través de varios tipos de adivinación.
En el oráculo de Ifá, un babalawo ("padre del misterio"), interpreta la caída de nueces de palma consagradas para revelar la respuesta de los orisha a la pregunta de un buscador. La mayoría de las consultas de Ifá prescriben alguna forma de sacrificio a uno o varios orisha. Estas ofrendas pueden variar desde presentaciones simples ante altares domésticos hasta banquetes elaborados en honor a los orisha. Como resultado de estos intercambios ceremoniales, el oráculo a menudo determina que un orisha en particular ha reclamado al devoto como su hijo. Entonces se preparan los arreglos para la gran e irrevocable iniciación del devoto en los misterios de ese orisha.
En la ceremonia de coronación, los símbolos del orisha patrón se colocan sobre la cabeza del devoto, y él o ella puede entrar en un trance ceremonial y convertirse en un medio para ese orisha. En bailes de tambor llamados bembés, los devotos iniciados, ahora llamados correctamente olorishas—los que "tienen el orisha"—pueden perder su conciencia ordinaria y manifestar la de sus orisha patrones.
La santería se llevó a Cuba por el pueblo de las naciones yoruba de África Occidental, que fueron esclavizados en gran número en las primeras décadas del siglo XIX. El nombre "santería" deriva de las correspondencias hechas por algunos devotos entre los orisha yoruba y los santos (santos) de la piedad católica romana. Muchos practicantes contemporáneos se refieren a la tradición como "la religión de los orisha" o la "religión lukumí", después del nombre por el cual se conocía a los yoruba en Cuba.
La santería se basa en el desarrollo de relaciones personales a través de la adivinación, el sacrificio, la iniciación y la mediumnidad entre los practicantes de la religión y las deidades orisha, que brindan a sus devotos protección, sabiduría y éxito y que guían a los devotos en tiempos de crisis.
La santería es una religión donde se funden las creencias religiosas con las culturales. Se caracteriza por tener elementos animistas y panteístas, así como por la idolatría de antepasados y la religión católica.
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#Misterio3
Así es!!!
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