En México se nota la desesperación por parte del presidente y de Morena por recuperar la aprobación y popularidad con fines a las elecciones de 2021. Y parte de las señales que permiten dicha interpretación comienzan con la salida nuevamente de gira por parte de López Obrador para inaugurar por segunda vez el proyecto del Tren Maya en medio de la pandemia y un país en semáforo rojo, que por cierto triste banderazo se percibió con maquinaria vieja y vagones vandalizados. Por otra parte durante la semana pasada se vieron distintos intentos por parte de presidencia y de la secretaría de economía para hacerse de las facultades del Instituto Nacional Electoral. Y si esto no nos era suficiente incluso la falta de transparencia que está existiendo en diversos programas sociales que al parecer se están utilizando como en los viejos y derrocados regímenes con fines electorales y de clientelismo.
Los conflictos de intereses continúan en este gobierno, ya no solamente son los familiares de secretarios o senadores, sino que ahora también son negocios vinculados a la secretaría de energía que se han visto beneficiados por la adjudicación directa para el proyecto de Dos Bocas o la entrada del nuevo director para aquella extraña dependencia que regresará al pueblo lo robado vinculado muy directamente con Eréndira Sandoval.
Dentro de la nueva normalidad no solamente hemos visto que mucha gente sigue sin entender los nuevos estándares de protección ya sea con cubrebocas, mascarillas o simplemente la sana distancia, sino que han considerado que todo tiene que ser como antes cuando incluso se da el banderazo cuando la situación sanitaria se encuentra en uno de sus peores momentos y a su vez las normatividades del gobierno para empresas siguen siendo turbias y contradictorias.
Durante el fin de semana fuimos testigos a lo largo del país de una manifestación realizada desde los autos para dejar en claro el descontento contra el presidente de la república. Pero como siempre los grupos de apoyo del Andrés Manuel intentaron minimizar y hasta burlarse de la expresión del descontento, pero es justo aquí donde surge la pregunta ¿Ellos si podían tomar calles, hacer campamentos, detener la economía, vandalizar, y este tipo de manifestación la minimizan? ¿Quieren acaso violentar las cosas como está sucediendo en Estados Unidos?
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