#Conexiones Instinto Gregario e Instinto de Supervivencia #QuedateEnCasa


Para algunos la situación actual que estamos viviendo por la presencia del COVID-19 en el mundo es en realidad una acción orquestada por los gobiernos y sistemas del mundo. Para algunos la imposición del Nuevo Orden Mundial o la llegada de Extraterrestres, para otros más “escépticos” fue una medida ante el colapso económico mundial y también una forma de acallar las cada vez más crecientes manifestaciones sociales.


Y quizás la historia ha magnificado la frase que la unión hace la fuerza y también a su vez se ha contradicho al intentar soltar una formación individualista contra las agrupaciones, sin dejarnos percibir de forma adecuada dentro de la propia realidad que somos individuos dentro de uno o varios colectivos, y que a su vez como especie existen momentos en los que la independencia de un grupo es necesaria y en otros la unificación son necesarias dependiendo del escenario que nos amenace.


De manera instintiva cuando una amenaza se presenta ante nosotros la primer reacción manifiesta es salvarnos nosotros mismo y si nos encontramos en un pequeño grupo donde existen personas indefensas es ponerlos a ellos a salvo también (usualmente con niños). Sin embargo si una amenaza se percibe mayor nuestra reacción es enfrentarla en grupos para poder disminuirla.


Ahora estamos antes una gran amenaza y que además es invisible a nuestros ojos. La magnitud de hacerla tangible se ve manifiesta ya sea porque lo vivimos de forma directa (nosotros o alguien muy cercano) o adquiere un atisbo de realidad al visualizarlo en las noticias y la información que se difunde por medios de comunicación y redes sociales.


Se nos ha indicado que ahora debemos separarnos por el bien del colectivo, debemos estar en lo individual para evitar afectar a las agrupaciones. Mas la programación que hemos recibido en últimos tiempos nos ha hecho dependientes hasta cierto punto de la convivencia en lo colectivo haciendo incluso en algunos casos insoportable la autoaceptación.


Aquí debemos de ser muy claros al exponer que ni el individualismo ni el instinto gregario son negativos, ambos son necesarios para nosotros como especie y sociedad. Incluso es gracias al individualismo que muchas veces las sociedades “evolucionan” o crecen al tener la presencia de la visión de lo particular a lo general. Lo que sí sucede es que en momentos como estos nuestros códigos deontológicos se ponen bajo la lupa y tratamos de comprender si nuestras acciones nos benefician o perjudican y también si las mismas representan un sacrificio de lo personal por lo colectivo y viceversa.


El sistema en general puede ser corrupto, tener una agenda, estar manipulandonos e intentar controlarnos, pero si deseamos adaptarnos, cambiar o enfrentar al sistema, debemos desde lo individual ser conscientes, responsables, sensatez y ponderar nuestras obligaciones y nuestros derechos desde lo natural hasta lo penal o cultural que nos marca en nuestra realidad. 


¿Tienes más información que nos quieras compartir, sugerir alguna otra temática o simplemente ponerte en contacto con nosotros? No tardes más, que queremos escucharte.


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