Hemos sido testigos desde la campaña hasta después de la toma de protesta como presidente que Andrés Manuel López Obrador ha sido la figura principal de diversos rituales que van desde lo evangélico hasta los ritos más ancestrales y tradicionales de nuestro país.
A través de sus programas matutinos y en diversas giras no ha dejado de utilizar estos mismos elementos esotéricos y dogmáticos ya sea para adoctrinar a la población o justificar sus acciones, pero será hasta ahora ,con la crisis sanitaria por el COVID-19, que estamos comenzando a ver que el uso de estos principios se han manifestado en una de sus máximas expresiones.
La presentación y portación de escapularios, en este caso el famoso “Detente” utilizado durante la época revolucionaria para evitar ataques con armas de fuego y que en tiempos modernos son comunes entre miembros del crimen organizado, incluso se puede apreciar en diversas imágenes de seguridad que los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán son usuarios de los mismos. Estos escapularios utilizados principalmente por creyentes del catolicismo y a veces también “empoderados” o “consagrados” por parte de la santería traen consigo protección o bendición a cambio de devoción o sacrificio por parte del portador.
Después no fue presentado por el presidente un billete de dos dólares, que más allá de la creencia anglosajona sobre la protección que los símbolos masones inscritos en él y la creencia popular de su aportación para llamar a la abundancia, muy adscrita a las ideas de dinero llama dinero y la corriente new age, también sabemos que el billete dentro de la creencia esotérica está cargado de una energía específica por la historia que nos platica, ese billete le fue regalado por un migrante ilegal que ganó con su trabajo en los Estados Unidos; por lo tanto desde una visión energética la vibración que trae dicho objeto está llena de sufrimiento, dolor, esfuerzo, ilegalidad y trabajo.
Nos habla también de un trébol de 6 hojas que trae consigo, el cual viene de la creencia popular irlandesa y su relación también con la fortuna y la suerte, en este caso los datos nos hablarían sobre los tréboles de 4 hojas, sin embargo se presume un mayor poder al tener más hojas que el estandarizado en el mito.
Finalmente encontramos que en medio de una de estas reuniones “informativas” que realiza propuso un saludo que se encuentra vinculado a la tradición masónica. No es la primera vez que se menciona si AMLO es miembro activo de la masonería, incluso se ha hablado del grado alcanzado dentro de esta agrupación. Más allá de sus conocimientos, su devoción a Benito Juárez y de un apoyo público por parte de la masonería, lo que se puede interpretar perfectamente con este último acto es que el presidente utiliza la comunicación simbólica y verbal para hacer llegar un mensaje a estos grupos de poder y conocimiento, con los cuales al menos con este símbolo en el pecho hace una confirmación de lealtad a los ideales y sumisión ante los mismos.
Continuando dentro de esta suspensión de la incredulidad quedaría pensar a qué tipo de entidades se ha sometido el presidente de México, que entidades lo están poseyendo o se alimentan de las energías que sus acciones provocan junto con el fanatismo que lo acompaña. Quizás estemos en tiempos de adoración hacia entidades de Engaño y Venganza disfrazada de un falso mesías proveniente de Macuspana.
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