En estos tiempos donde la falta de acceso a distintas actividades cotidianas que nos distraen de la realidad, que nos podían ayudar a escapar de nuestros demonios internos o simplemente dejar de lado los conflictos locales o globales que nos acechan a diario, hoy están sometiendonos ante las actividades que realizamos generando un desgaste mental que nos lleva desde una neurosis por enfrentarnos a la realidad o nos hunde dentro de la depresión y negación de nuestro entorno.
Al menos ya para esta altura es cierto que no en todas partes del mundo el “encierro” es una situación para todos, ya sea desde los trabajadores de la salud y seguridad que viven en un mundo de estrés constante, hasta cuestiones como en América Latina donde el confinamiento no es en todos lados obligatorio por las realidades de la informalidad laboral y la economía.
Este tipo de cuestiones a ciertas personas las enfrenta a una realidad de riesgo aún mayor y constante y por el otro lado también nos confronta con las acciones que hemos realizado en nuestras vidas. Para muchos que han tenido que llevar un confinamiento forzoso, no solamente es el enfrentarse consigo mismos, sino con sus elecciones en lo profesional y también el conocer de otra manera a su familia o amigos con los cuales convive en estos momentos todo el día, todos los días.
Estamos en un momento donde el regreso social, para muchos, hacia la reflexión ya no es una opción que se pueda ignorar, sino algo que debemos ver de frente. Algunos no están preparados o siempre han tratado de evitar este momento con escapes de actividades cotidianas del trabajo, el ejercicio o las actividades lúdicas que guste de realizar.
El ser conscientes que esa supuesta seguridad que habíamos generado en nuestras vidas en realidad es solamente una ilusión, aquel control que teníamos o pensábamos que el sistema tenía en nuestra existencia es completamente endeble no lleva a momentos de inseguridad personal y también de enfrentamiento de pensamientos, nos obliga a salir de nuestra zona de confort y nos empuja hacia un cambio que siempre ha existido, pero que a veces la transición dentro de él es lento e imperceptible.
Quizás todo parezca caótica, la información que se encuentra disponible nos da una sensación de catástrofe, pero estamos en el momento indicado para reconocernos, ser autoconscientes y hallar , desde un egoísmo sano, qué es lo que nos está realizando como individuos y como miembros de una sociedad.
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