Distintas formas de gobierno o mandato conocemos desde monarquías, dictaduras, sistemas de comunas o comunidades autónomas y aquellas que se basan en el sistema democrático con tendencias de lo conservador a lo liberal.
Con los primeros tres modelos de gobierno queda claro que el poder mandante dará todo aquello que a su consideración sea necesario para satisfacer sus necesidades y no las de sus ciudadanos, sin embargo al hablar dentro de un panorama “democrático”, en algunos países más y en otros menos, podemos entender que el gobierno no es por normativa un proveedor, sino un regulador y un facilitador, pero parte de la realidad que vivimos en pleno siglo veintiuno desde la sociedad es que aquellos candidatos, partidos políticos y funcionarios públicos han modificado parte de la esencia con lo que se llama técnicas populistas, en las cuales también promete a cambio de votos volverse un mandato que provea a los ciudadanos, unos más y otros menos.
Quizás haya temas en los que deba proveer hasta cierto nivel como lo son educación, seguridad, servicios básicos y/o salud, y de no hacerlo puede enfocarse en facilitar tanto a proveedores privados como a quienes reciben el servicio o producto para que sea un proceso sencillo, eficiente y eficaz. Por otro lado veremos asuntos como Economía, Normatividad, Equidad, Libertades, Vivienda, Sustento, Competitividad, y muchos más en los que solamente se encargará de colocar los lineamientos sobre la mesa para que dentro de la teoría todos salgan ganando.
Pero volviendo a la cuestionante sobre si el gobierno debe proveer o no a los ciudadanos en todos los sentidos, solamente podemos hoy en día darnos cuenta que tantos discursos vacíos de resultados y llenos de esperanza a cambio de votos están pasando factura.
Después de vivir en últimos tiempos cambios de ideologías en el poder culpando a opositores o gobiernos anteriores, ineptos o no, por los problemas que se viven en cada sociedad y cada nación, ahora son los ciudadanos que salen a reclamar con toda razón que el gobierno debe resolver sus problemas, ya que la programación social que se nos ha dado es que el candidato, partido o gobierno solucionará nuestros problemas como por arte de magia.
Afortunadamente se cuenta con registro de sociedades que han roto paradigmas, han madurado no desde sus gobiernos, sino desde sus ciudadanos, quienes son los que realmente se comprometen a saber quienes son sus representantes públicos y exigirles resultados, con tal de garantizar que todo aquello expuesto en sus constituciones y estados de derecho se cumplan como debe de ser.
Es por ello que parte de la reprogramación como ciudadanos, cada quien desde su nación, debe ser hacernos responsables de nuestro papel en la nación no solamente pagando impuestos y evitar ser sancionados, sino involucrandonos en los procesos de quienes llevan las riendas del país y no esperar que por un milagro toda la realidad cambie o por algún error alguien resete esta simulación en la que vivimos.
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